| CUENTOS EROTICOS
Relato sobre Hilary Duff
Me llamo Juan Manuel. Les contaré de la vez que conocà a Hilary Duff. Fue con suerte. Gané unos pases para ir a su camerino luego de un concierto y allà estuve.
Llegué a su camerino y ella me saludó y le dijo a su guardaespaldas que se fuera. Allà salimos y me mostró el estudio.
En un momento pasamos por una habitación para quienes allà trabajaban y la llevé adentro tapándole la boca.
La tiré en la cama boca abajo y comencé a apoyarle mi pene en su culito mientras le manoseaba las tetas. Ella llevaba un short de tela muy fina asà que casi sentÃa su culito.
Y llevaba una pequeña blusa.
Puse mi boca en su culito y empecé a besárselo sobre la ropa mientras le sacaba la blusa. Ella me suplicaba: -No!!! Por Favor! No me hagas nada!! Y eso me ponÃa a 1000.
Le Bajé los pantalones y después los calzoncitos. Ya no tenÃa nada puesto, estaba desnuda. Estaba seguro, la desvirgarÃa por todos lados y luego le harÃa un buen sadomaso.
Me senté en el borde de la cama y la obligué a que me la mamara. Ella no querÃa asà que la agarré de las mejillas y le pellizqué el culo para que abriera la boca y se la metà en la boca. Como ella no chupaba, le agarré de los pelos y la sacudà hacia atrás y adelante. Hasta que se acostumbró y chupó hasta que me corrà en su boca.
No querÃa tragar, pero le apreté el cuello y se tragó hasta la última gota.
Ella lloraba asà que me acosté y la subÃ, pero no para follarla la abracé y empecé a manosearle su blandito culito. Luego le metà un dedo, dos y tres. Hora de continuar…
Asà como estaba le puse la polla en la entrada de su vagina y empecé a empujar suavemente, sin soltar su culito que se movÃa cada vez más.
Me pidió que no me corriera adentro asi que se la saqué y me corrà en sus tetas.
El siguiente serÃa mejor. Cuando mi polla creció otra vez, me senté en una silla y la llamé. Le indiqué que se sentara sobre mi polla, pero con el agujerito del ano. Con miedo, se fue bajando, hasta que tocó mi polla. Se asustó. La tomé de sus caderas y la hice bajar hasta que la cabeza de mi pene estaba ya dentro. Gritó: -Sácamela, me duele, ahhh! Pero yo empujé y se la metà de un golpe. Me levanté con ella clavada en mi verga y la llevé hasta una mesa. La empiné de manera que quedara acostada sobre ésta y yo parado detrás de su culito. Ella gritaba de dolor. Empecé el mete y saca hasta que me corrà en su culito. Le dije, mi pene ya no te hará nada pero prepárate para el sadomaso.
Me senté en la silla y la llamé. Le dije: -Acuéstate sobre mi falda, boca abajo pon tu culito hacia mÃ. Y asà lo hizo. Comencé a darle nalgadas lentas que luego se tornaron más rápidas y violentas. Ella gritaba y gritaba, entonces le dije, por gritar será peor.
La acosté boca abajo en la cama y me coloqué en forma invertida de modo que mi pene quedara sobre su pelo y mi boca sobre su culito. Comencé a darle mordidas fuertes en su culito y ella contenÃa los gritos o si no serÃan peores y se aguantó unas 50 mordidas hasta que pegó un enorme grito. Le dije ¡Ya verás lo que sigue! La dejé en esa posición y busqué una bolsa de agua caliente y una aguja. Le coloqué sin que se diera cuenta la bolsa en el culo y gritó muy fuerte y le dije: -Lista para seguir.
La obligué a pararse y me coloqué delante de su vagina abrazándola y manoseando su culito. Saqué la aguja y comencé a pincharle el culito. Seguà asà y como resistió unos 100 pinchazos le dije: -Por portarte bien, dos cosas: 1. Te dejaré ir luego de la próxima cosa.
-Cuál es la otra? – preguntó sollozando
-2. Te la meteré en el culito dos veces más antes de irte OK?
-Si, señor, pero déjeme ir luego
-Asà lo he dicho.
La subà a la cama y la puse en cuatro patas. Con su culito en pompa mi verga se paró enseguida y le dije te daré duro ahora y suave después.
Le puse mi polla en la entrada de su ano, la abracé tomando sus tetas y se la clavé.
-¡¡Aaahhhhhhhhh!! Gritó
Comencé a bombear con firmeza hasta que se hinchó mi verga y me corrà adentro de su hermoso culito.
Le dije, eres hermosa, Hilary!
-Ahora debo hacer crecer mi verga de vuelta, Hil, y vos me vas a ayudar.
La acosté boca abajo y puse mi verga aún no erecta entre sus nalgas, y me movà hasta que se volvió a parar.
Le ordené que se apoyara en la pared y sacara su culito hacia fuera. Asi lo hizo, queriendo terminar rápido.
Me puse detrás le clavé la verga, le agarré de la vagina y empecé a meterla lentamente.
Una vez adentro esperé un minuto y comencé el mete y saca. Bombeé suave según lo prometido y me corrà luego de 20 minutos dentro de su culito. Se la saqué, bajé hasta su culito y se lo besé como si fuese su boca. Luego la di vuelta, la besé y le apreté el culo por última vez.
Cuando estaba en la puerta apunto de salir corrà hacia ella, le apoyé la pija en el culo, la nalgueé y la despedÃ: Adiós Hilary Duff
fonte: SEXYCUENTOS
|